viernes, 18 de abril de 2014

Bittersøt irrationality


Finalmente habíamos conseguido desarrollar una filosofía que nos traía tranquilidad, fomentaba nuestro crecimiento y, sobre todo, daba firmeza a nuestro proceder. Nuestra teoría cobraba sentido. De pronto, sopla el recordatorio sorpresa del universo con el fin de hacernos perder los papeles y primordialmente dejarnos con uno solo, aquel que, con un toque más de realidad que recriminación, nos resume: "Has sucumbido ante la agridulce irracionalidad. Después de todo, tú también eras bastante humano".


La sensatez
vs.
Todo lo demás.