viernes, 18 de abril de 2014

Bittersøt irrationality


Finalmente habíamos conseguido desarrollar una filosofía que nos traía tranquilidad, fomentaba nuestro crecimiento y, sobre todo, daba firmeza a nuestro proceder. Nuestra teoría cobraba sentido. De pronto, sopla el recordatorio sorpresa del universo con el fin de hacernos perder los papeles y primordialmente dejarnos con uno solo, aquel que, con un toque más de realidad que recriminación, nos resume: "Has sucumbido ante la agridulce irracionalidad. Después de todo, tú también eras bastante humano".


La sensatez
vs.
Todo lo demás.


Lejos de ser seres unidimensionales somos personas con diversas facetas que en nosotros florecen, se marchitan y renacen de ser necesario. Uno de esos aspectos, usualmente liderado por nuestras emociones, es el que nos concede los varios momentos de contenta irracionalidad semi-involuntaria, es decir, aquellas ocasiones donde todo lo consabido, acordado, entendido y ensayado con uno mismo pasa a un segundo plano eclipsado por el intenso goce del instante. Solo en el regusto logramos percatarnos que la verdadera sensación no era solamente dulce.


Estamos 
jugando con fuego?


Estas experiencias suelen sumirnos en ensimismamiento y contrariedad, sobre todo porque somos muy conscientes que no estamos siendo razonables y que ese regocijo momentáneo no tiene bases ni futuro. Así como en un sueño lúcido, sabemos que sin importar lo espectacular de la vivencia, no llegará a ser trascendente. Debatimos entre "ser consecuentes con nuestras convicciones" y "la vida es muy breve como para privarnos de sus pequeñas e inofensivas alegrías", sin embargo, aunque no tan evidente, ambas ideas no son exclusivas entre sí. El reto está en asegurar que dichas "alegrías" sean efectivamente inofensivas para todos los involucrados. 


Take a ticket 
and join the world club.


Puede que aquel solapado lado irracional de nosotros sea simplemente un aspecto con el que tengamos que aprender a convivir hasta el final como parte de la tarea mayor de encontrar armonía con uno mismo, ya sea para poner a prueba nuestro juicio o para darnos ocasionales instantes de emoción multicolor. Confiemos en nosotros, confiemos que aunque nuestra irracionalidad sea una fuente inevitable de distracción, sea al final nuestra integridad la que decida las líneas que hemos de cruzar.


Felices feriados, my friend.