Hace unos
años uno de mis amigos me recomendó que iniciase un blog pues encontraba mi forma
de ver la vida bastante positiva. La verdad es que hasta ahora no me había
animado a hacerlo ya que consideraba no tener la suficiente "autoridad
vivencial" (entiéndase, haber vivido lo suficiente para poder dar consejos
acertados) y, por otro lado, sentía que
sería un poco egocéntrico de mi parte escribir sobre mí y esperar que le fuese
relevante a los demás (Twitter I'm looking at you!).
Ahora
entiendo que en realidad todos nosotros estamos en un proceso de constante
madurez (cada uno a su ritmo, claro) y que el hecho de estar en medio del
camino no significa que nuestras ideas sean desatinadas sino que simplemente
reflejan la perspectiva que tenemos de la vida con todo lo vivido, errado y
aprendido hasta este preciso capítulo de nuestra historia.
No
escribiré para llenar mi ego, escribiré para
llegar a ti. Si al final de leer cada post logro traer una sonrisa a tu día,
entonces, my friend, todo valió la pena =]
Así empieza entonces la historia de un principito
que se dio cuenta que era hora de crecer,
de trazarse nuevas metas y superarse.
Había llegado la hora de convertirse en
un gran príncipe.
un gran príncipe.
"I get a little bit bigger, but then I'll admit
I'm just the same as I was... I'm never changing who I am."