domingo, 12 de enero de 2014

The walk


El reloj de arena del año ha reiniciado y con él 365 chances únicas a nuestra disposición. Empieza así nuestra producción anual de victorias o lamentos altamente dependiente de cuánto de la trillada teoría que conocemos estamos dispuestos a implementar. Como un producto sensacional que nunca llega a ser encendido, el valor de nuestro potencial es únicamente tangible cuando es aprovechado. We could talk the talk. Now, it's time to walk the walk.


-Alicia (al llegar a un cruce): "Qué camino debo tomar?".
-Gato de Cheshire: "A dónde quieres ir?".
-Alicia: "No lo sé".
-Gato de Cheshire: "Entonces, no importa cuál escojas".



La pregunta es básica: Tenemos claro qué es lo sinceramente deseamos alcanzar en el corto y mediano plazo? Si la respuesta es "No", entonces las vacías "resoluciones" que afirmamos haber elaborado para el año tienen ya escrito un trágico desenlace. Requerimos de una meta mayor en el horizonte que nos recuerde la verdadera razón de tanto esfuerzo, que nos motive y alimente nuestro entusiasmo persuadiéndonos de que vale la pena seguir caminando precisamente cuando enfrentemos las etapas más desafiantes del recorrido. My friend, detrás del "qué hacemos" está el "por qué lo hacemos", es decir, la convicción que nos empodera. 

Serlo es
hacerlo.

Qué estamos esperando? Pretextos en forma de responsabilidades de mayor prioridad que alivien nuestro sentimiento de culpa por, una vez más, procrastinar nuestros grandes planes? Solamente añorar ya no nos puede ser suficiente. Necesitamos acción. Necesitamos implementar nuestro discurso cambiando las palabras por pasos, las oraciones por medidas y los puntos por milestones. Todo comienza con intentarlo, con darle una oportunidad, con darnos una oportunidad de éxito. Como reza la frase: "Si lo empiezas, quizá lo termines; mas, si no lo empiezas, no habrá qué terminar".

Constancia
ante nuestro obstaculizado
camino amarillo.

No, no va a ser fácil ni mucho menos instantáneo. Es sorprendente la manera como muy a menudo olvidamos que en un contexto secuencial la única manera de llegar a nuestro objetivo es con avances incrementales. Así, antes de llegar a la letra "Z" se pasa, como mínimo, por otras 25 letras del abecedario. Antes de convertirnos en expertos, hemos de ser aquellos criticados y obstinados amateurs que resbalan, se equivocan, se corrigen y se vuelven a levantar. Podemos pensar "I'm not good enough" siempre y cuando venga acompañado de "but, damn it! I'm on my way =]". 

No seremos 
los mismos al llegar.

Realmente, la meta es simplemente una referencia que nos da dirección pues lo trascendente es el joven que llegamos a convertirnos por lo vivido gracias a nuestra tenacidad por alcanzarla. Si eres de la generación que jugó pkmn, sabrás que la aventura no hubiese sido la misma (de hecho, ni siquiera podría llamarse aventura) si hubiésemos iniciado con todo nuestro equipo en nivel 100 desde pueblo Paleta. My friend, ten un sueño y dale vida.

Bienvenido, 2014.