Una de las reflexiones más interesantes, tan desestabilizadora como liberadora, es la que nos encuentra cuando nos permitimos tomar el lugar de observadores para saludablemente cuestionar la naturaleza del concepto más apreciado del reino, aquel que todos hemos dado por sentado y válido, más fuerte que la religión, más influyente que la política e incluso más antiguo que los sistemas de género: La posibilidad y necesidad de (romántico) amor.
"It's too easy to be cynical about love.
But you, you make me feel
less cynical."
["What if" & "Stuck in love"]
Es realmente el amor un fenómeno alcanzable y reproducible o es acaso una ilusión socialmente aceptada, promovida y magnificada que pervive a través de las eras y mortalidad de los habitantes del mundo? Podemos empezar tomando en cuenta que cuando uno prepara su mente en favor de una idea en particular, será ésa en la que uno estará más propenso a creer, especialmente cuando expuesto a la convicción masiva del entorno.
Are we embarking
on a unicorn quest?
Es natural que la base teórica ya no nos sea suficiente y como resultado nazca en nosotros el anhelo por vivir tan promocionado concepto, llegando fácilmente así a calificar "varios equinos de unicornios" o a ciertas relaciones como evidencia de amor. La verdad es que estamos inclinados a categorizar experiencias en conceptos que nos son directa o indirectamente familiares, aun cuando irracionales. La influencia de este bias se multiplica en las ocasiones en las que profundamente deseamos reafirmar nuestras esperanzas.
If you believe it, Virginia,
then your perception
adjusts accordingly.
Si alguien nos asegurase que lo que siente es amor, a menos que sea un caso lamentable o tóxico, difícilmente podremos argumentar a favor o en contra pues, para esa persona, aquel sentimiento abstracto hoy se siente como verdadero. Al parecer, cada uno desarrolla y defiende su propia versión de lo que significa amar y sentirse amado basado en una constelación de factores que van desde el ejemplo del resto, anécdotas personales hasta tramas de ficción. Quizá entonces la pregunta no era "Existe?", sino "Por qué necesitamos tanto que exista?".
>Continuará.