A diario tratamos de tener cuidado con nuestras relaciones interpersonales, particularmente cuando ellas involucran a las personas a las cuales guardamos especial estima, pues deseamos ser grandes amigos, buenos hermanos y los mejores hijos. Muy a menudo durante este proceso nos encontramos teniendo dificultades determinando la línea entre cuidar y consentir olvidando así que ellos también poseen la fuerza suficiente para afrontar la vida. De esta manera, es muy fácil cometer el error de tratar al rinoceronte como si fuese de cristal.
Seamos
indiferentes
al drama.
(disregard drama)