domingo, 27 de octubre de 2013

Faux glass rhino


A diario tratamos de tener cuidado con nuestras relaciones interpersonales, particularmente cuando ellas involucran a las personas a las cuales guardamos especial estima, pues deseamos ser grandes amigos, buenos hermanos y los mejores hijos. Muy a menudo durante este proceso nos encontramos teniendo dificultades determinando la línea entre cuidar y consentir olvidando así que ellos también poseen la fuerza suficiente para afrontar la vida. De esta manera, es muy fácil cometer el error de tratar al rinoceronte como si fuese de cristal.

Seamos 
indiferentes
al drama.
(disregard drama)

Cuántas veces nos hemos abstenido de dar nuestro honesto punto de vista solamente por temor a que la otra persona no sea capaz de asimilarlo o causarle malestar? Cuánto tiempo hemos derrochado imaginando decenas de combinaciones y posibles resultados tratando de predecir la respuesta del otro? Pensar y repensar tanto nos termina consumiendo energía e inmovilizando nuestro proceder. Antes de caer en el extenuante debate interno, respiremos y recordemos lo siguiente: Es precisamente debido a que los respetamos que ellos merecen la verdad. Digamos entonces las cosas como son.


O los consentimos
o les permitimos
crecer.

Evitemos emociones malgastadas que hacen borrosa la verdadera solución. Los hechos, nos sean favorables o no, seguirán siendo reales y al ser nosotros demasiado considerados con el resto tratándoles con guantes de seda no les estamos permitiendo crecer pues es precisamente encarando estas difíciles situaciones en que finalmente ellos tienen la oportunidad de descubrir que, en efecto, contaban con la fuerza suficiente. Evitemos entonces colaborar en la salvaguarda de la burbuja donde tantos deciden vivir.

Seamos 
amablemente 
francos.

Podemos ser honestos sin necesidad de ser crueles, podemos hacernos entender y aun así seguir siendo buena gente. Una vez que hemos escogido ser sinceros necesitamos de un criterio que nos permita adaptar nuestro enfoque y asegure que somos prudentes. Prudencia no significa censurarnos; prudencia es saber juzgar entre las acciones que son apropiadas en un momento determinado. Mientras el contenido del tema es objetivo, la forma como lo presentamos puede poseer un tono tan nocivo o iluminador como deseemos. Sin importar la manera como nuestro receptor tome el mensaje, nosotros habremos cumplido con ser los más amables mensajeros.

Aquellos a los que cuidamos tanto no son débiles, pero sí se han acostumbrado y les han (hemos) acostumbrado a pensar que lo son. No colaboremos con esta ilusión y permitámosles madurar desarrollando su fortaleza porque, my friend, inexorablemente van a necesitar de ella cuando la vida decida ponerlos a prueba. 

Un feliz domingo, my friend, recuerda apreciar la honestidad de los demás.

"We are only young if we seize the night."