domingo, 11 de mayo de 2014

Just an illusion


Todos hemos creado ilusiones durante nuestro recorrido, ya sea como un confortable síntoma de negación ante la realidad o como otra herencia de nuestro entorno. El resultado: cada vez que a nuestra vida llegó una puerta de oportunidades, nuestra ilusión la interceptó para presentarla como un bonito y bastante impenetrable mural. Ciertamente ha sido muy fácil andar cómodamente cegados, pero también ha sido un lamentable derroche de nuestros jóvenes pasos.

Illusions are 
what keep us going
(in circles).


La ilusión de tener tiempo de sobra para nuestros ambiciosos planes debe ser una de las más comunes entre nosotros, ella nos lleva a aceptar cálculos por demás optimistas que fácilmente bordean con fantasía cuando a la distribución de nuestras actividades se trata. Una de las definiciones alternativas de la palabra "Mañana" enunciaba: "Dícese de una tierra mística donde se almacena el 99% de toda la productividad, motivación y logros de la humanidad". Recordemos que una misma flecha solo puede aspirar a llegar hasta cierto punto, y nuestro número de flechas, my friend, es limitado. 

La ilusión de perfección
nos priva de
la dicha de la gratitud.

La ilusión de perfección es otra de las más populares: deseamos familiares, amigos, amores y momentos perfectos. Dado que inevitablemente ninguno logra alcanzar nuestras minuciosas (y a menudo, superficiales) expectativas, terminamos despreciando cada uno de ellos sin saber aprovechar los muy escasos regalos que nos dan las circunstancias. Una frase que reconoce parte de esta idea dice: "No conozco gente perfecta, solo conozco gente bastante humana con errores que aun así merece ser amada" [John Green].

Evitemos
hipérboles
futuristas.

La ilusión que nos hace pensar que el futuro es determinado: Pensamos que es posible utilizar las palabras "por siempre" o "nunca" al hacer y aceptar promesas que consideramos legítimas. Ello es una combinación armoniosa de decir lo que el otro quiere escuchar y, en el otro extremo de la línea, de preferir una insincera reconfortante respuesta. Ya no podemos jugar esta clase de charadas sin sentido, hemos crecido para conseguir dar frente a nuestros problemas de maneras más eficientes.

El camino se revela
si nosotros
nos rebelamos.

Probablemente la tarea más grande de nuestras ilusiones sea resguardar las fronteras de nuestra burbuja de comodidad y por ello mismo ahora nos toca rebelarnos ante nuestras propias creaciones, ante estas ilusiones que fueron diseñadas para embelesarnos negando nuestra responsabilidad y mostrándonos una conveniente versión de los hechos. Nuestra mente necesita derribar sus fronteras para tener la oportunidad de expandirse.

No permitas que una atractiva ilusión frustre el potencial de tu realidad, my friend.