domingo, 5 de mayo de 2013

Focus


Al realizar un análisis de nuestra situación actual podemos identificar varios sueños y metas que nos gustarían llegar a alcanzar. A menudo estas metas son tan grandes y variadas que pueden darnos la impresión de ser casi imposibles, por ello muchos ni siquiera lo intentan y aquellos valientes que sí lo hacen se sienten muy tentados a abandonarlas al sentirse frustrados tras varios obstáculos. En realidad, el problema no es tener muchas metas y sueños (eso es lo ideal!); el problema es intentar y esperar alcanzarlas todas totalmente y al mismo tiempo.


Alcanzaremos todo
si lo alcanzamos
parte por parte.

Delimitar nuestros objetivos nos ayuda a dividir nuestra meta en fases y poder darle a cada una un inicio, duración y conclusión, convirtiendo así nuestra meta global en algo más tangible y, por ello,  en algo mucho más alcanzable. Decir: "Este año voy a ser un mejor estudiante", es un objetivo válido lleno de buena intención, pero también demasiado abstracto e impreciso como para poder elaborar un plan de acción entorno a él. En primer lugar, debemos tener en claro cuál es nuestro concepto de ser "un mejor estudiante": Tener buenas calificaciones (de ser así entonces debemos definir qué calificaciones consideramos "altas" y en qué materias en particular), realizar más publicaciones científicas (cuántas en el transcurso del semestre y en qué fecha del mes?), estar involucrado en el comité de estudiantes (qué cargo sería el más ideal para nosotros?), etc. 


Mientras más claro el objetivo,
más factible es 
dar en el blanco.

Identificar las fases de nuestra meta nos ayuda a poder contrastar nuestros planes con la realidad y poder cerciorarnos que ellos son en efecto asequibles en un período prudencial. Asimismo, si encontramos que dichos planes no fuesen factibles, nos da la posibilidad de aplicar las modificaciones necesarias en una etapa temprana del proceso. Un plan realista es un plan más protegido ante agentes externos y cuyo único pre-requisito es nuestro compromiso.


Concéntrate.
Un objetivo siempre presente
es un objetivo con futuro.

Mantener los ojos en el camino es especialmente desafiante en estos días en los cuales nos encontramos constantemente rodeados de posibles elementos distractores. Sin embargo, si al monitorear nuestro progreso llegásemos a descubrir que nos hemos desviado un poco del trayecto trazado, no debemos desanimarnos. En lugar de recurrir a frustación o lamento debemos utilizar nuestra energía en buscar y aplicar acciones correctivas. Superar adversidades es un ejercicio para demostrarnos a nosotros mismos que efectivamente somos capaces de tropezar y, sobre todo, seguir adelante.

Tener muchas metas es un signo positivo de desear superarse y, si bien es cierto no podemos tomarlas todas a la vez, podemos abordarlas de acuerdo a nuestras prioridades y posibilidades. No es necesario abarcar todo, pero sí es necesario sacar todo de aquello que abarquemos. Escoge una meta y dedícate a ella, el resultado te va a sorprender.

A happy shiny Sunday to you, my friend =]


"All because you want to be all."